Todos los papás y quienes cuidan a los niños, a veces necesitan ayuda. Eso es normal. Sin embargo, a veces, cuando no podemos manejar todo nosotros mismos, podría parecer que estamos fracasando.
Es importante que los papás entiendan que saber cuándo, cómo y a quién pedir ayuda, en realidad es una muestra de fortaleza y resistencia.
Si nosotros, como individuos y comunidades somos capaces de proporcionar apoyo a las familias cuando nos es posible, podemos ayudar a normalizar la interdependencia saludable que las familias necesitan para prosperar.
Estas son tres maneras de ayudar.
Prepárate con recursos para compartir
Revisa y agrega esta página de recursos a tus favoritos. Encontrarás ayuda para problemas que van desde la custodia y el apoyo a la co-paternidad, hasta servicios de crisis para niños que se han fugado de casa y subvenciones para madres solteras.
Entérate a dónde ir en tu localidad
Familiarízate con los recursos de tu comunidad (2-1-1, centros de distribución de alimentos, bancos de pañales, y servicios de empleo, vivienda, médicos, de salud mental, sociales, educativos, o legales, etc.) comparte al menos uno cada semana en redes sociales. Anima a las familias en tu vida a que busquen ayuda cuando la necesitan, y háblales abiertamente acerca de los momentos en los que tú la has recibido.
Has un plan
Si sabes de alguna necesidad que tenga la familia, ofrécele al papá o mamá, o a la persona que cuida a los niños, ayuda para resolver el problema. Trabajen juntos para encontrar soluciones concretas, como una lista de agencias a las que llamar, personas a las que pedir ayuda, recortar gastos, etc.