Nútrete
Si has tenido problemas relacionados con el comer y con la comida, como problemas digestivos, resistencia a la insulina, diabetes, síndrome de intestino irritable, complicaciones alimentarias y otros retos, las ACEs y el estrés tóxico podrían ser la causa.
El estrés tóxico puede afectar nuestro sistema digestivo y el metabolismo, y en algunos casos, causar problemas graves. Si esa ha sido tu experiencia, es posible que necesites la ayuda de un nutriólogo o un doctor.
Una parte muy importante de nuestro camino a la sanación, sin importar desde dónde empecemos, es comer conscientemente. A veces comemos mientras que estamos en piloto automático, pero poner atención puede hacer una gran diferencia, y también nos puede ayudar a disfrutar mucho más la comida.
Estas son 3 maneras de volvernos más conscientes acerca de nuestra comida y nuestra nutrición:
Come con todos tus sentidos
Cuando activamos deliberadamente nuestros sentidos, desactivamos el piloto automático.
Nota el aroma y la apariencia de tu comida. Siente la textura en tu lengua y trata de separar los diferentes sabores. Cuando comemos con todos nuestros sentidos, nos estamos sintonizando con nuestro cuerpo, y también estaremos más sensibles a las pistas que nos da.
Ponlo en práctica.
Toma algo sencillo, como una zanahoria o una manzana. Pasa un minuto con esto, observando el color y cómo se siente en tu mano. Nota los sonidos, los sabores y cómo se siente cuando le das una mordida.
Preste atención a cómo se siente
Cuando comemos en piloto automático, a menudo podemos pasar por alto que algunos alimentos nos dan energía y nos hacen sentir bien, mientras que otros nos hacen sentir hinchados y letárgicos. Cuanto más conscientemente nos demos cuenta de los efectos que tienen los alimentos específicos en nosotros, más naturalmente comenzaremos a gravitar hacia los que nos hacen sentir bien.
Ponlo en práctica.
En tus siguientes tres comidas o snacks, nota lo que comes y cómo te sientes después de comer.
Tenga en cuenta los conceptos básicos
Todos lo hemos escuchado un millón de veces. Come más frutas y verduras. Bebe más agua. Pero hay razones por las que vale la pena repetir estos conceptos básicos.
El agua mantiene nuestro cuerpo funcionando correctamente. Y los alimentos de origen vegetal, como verduras, frutas, cereales integrales y aceites vegetales, están llenos de fitonutrientes. Estos son compuestos poderosos que combaten enfermedades que solo se encuentran en las plantas (dato curioso: también son los que dan a las verduras y frutas su color, sabor y olor).
Hay estudios que demuestran que comer más frutas, verduras y granos integrales, está ligado con un menor riesgo de muchas condiciones de salud que se asocian con ACEs, y pueden mejorar nuestra salud en general.
Ponlo en práctica
BEBIDAS
Trate de beber más agua y menos refrescos.
APERTIVOS
Cuando busque un bocadillo, opte por alimentos de origen vegetal como nueces (si son seguros para usted) o yogur y menos por alimentos procesados como papas fritas o barras de caramelo.
COMIDAS
Con las comidas, considere reorganizar la forma en que llena su plato. En lugar de comenzar con la carne y pensar en las verduras como acompañamientos, piense en las verduras como el foco principal, con la carne, el pollo o los mariscos como acompañamientos junto con algún tipo de grano integral, como el arroz integral o la quinua.
Por supuesto, muchos de nosotros tenemos diferentes necesidades y preferencias nutricionales. Si tiene alguna pregunta o inquietud, considere consultar a un médico o nutricionista capacitado.
En lugar de pensar en todo o nada, bueno o malo, piense en sus elecciones en una escala menor o mayor a medida que aprende qué lo hace sentir mejor o peor.